Las llamadas habilidades blandas corresponden a todos los recursos personales con que cuenta una persona para comunicarse efectivamente, articuladas desde uno mismo y hacia los demás. A diferencia de las habilidades duras, que son todos los conocimientos técnicos, estudios y formación teórica con que cuenta una persona, las habilidades blandas ayudan transversalmente a superar las dificultades y conseguir los objetivos que plantea la vida, manteniendo una actitud positiva. Se adquieren mediante la experiencia, por lo que reconocen la importancia de vincularse adecuadamente en términos socioemocionales con el entorno individual, interpersonal y organizacional.
¿Cuáles son las habilidades blandas más necesarias en el ámbito comunicacional?
Dentro del manejo de recursos comunicacionales para el liderazgo, está el buen dominio de las habilidades blandas, para respaldar la efectividad comunicacional, entregando elementos para la resolución de conflictos. A continuación se detallan las competencias más reconocidas hoy en día, en el mundo de las organizaciones y sus características:
La empatía, capacidad de observación para ayudarse a sí mismo y a otros.
La adaptación, implica aceptar que la realidad no necesariamente debe ser como uno imagina, flexibilizando distintas miradas del tema y evitando el prejuicio.
La resolución de conflictos, mediante la adquisición de estrategias que consideran la flexibilidad, empatía y asertividad para facilitar la comunicación.
La comunicación efectiva, desplegando todos los talentos, como los recursos de la expresión oral y corporal, para entregar respuestas asertivas a los requerimientos solicitados.
Sin duda, el aprendizaje a través de la experiencia enriquece la vida de toda persona y saber manejarse emocionalmente, fortalece la mirada de las nuevas generaciones.
Como postula la Unesco, en la propuesta de avanzar hacia las habilidades del siglo XXI:
“Cuando los adultos son empáticos, y confían en las capacidades de los niños, niñas y jóvenes, se despliega el potencial transformador de la educación, pues desde esa contención los estudiantes son capaces de aprender con menos restricciones para desplegar sus talentos. Lo anterior, sin duda, es una fuerza motora que los moviliza a esforzarse para cumplir sus proyectos de vida.”
Estamos en el umbral de los nuevos tiempos, exigentes e imprevisibles, mientras mejor desarrollemos los talentos y habilidades comunicacionales, mejor podremos desenvolvernos en el mundo del futuro.